El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender. Plutarco
El lenguaje escrito no solo es de vital importancia para el éxito académico de los niños, sino que constituye una herramienta esencial en su desarrollo cognitivo. A través de la lectura adquirimos gran cantidad de conocimientos relevantes en el ámbito educativo, profesional e incluso cotidiano, puesto que estamos rodeados de estímulos escritos. En el proceso de aprender a leer, se observa cómo el niño pasa de una lectura palabra por palabra, con una monótona expresión y aparentemente sin atención a los signos de puntuación (Young y Bowers, 1995), hacia una lectura más automática, precisa y expresiva. En otras palabras, puede decirse que los niños que aprenden a leer se van familiarizando cada vez más con la palabra escrita, hasta alcanzar una lectura fluida (Kuhn y Stahl, 2003).
Sin embargo, no todos los niños alcanzan fácilmente este tipo de lectura fluida y comprensiva, a pesar de ser uno de los objetivos prioritarios de la educación obligatoria. La investigación sugiere que algunos niños necesitan recibir una ayuda directa e intensiva para progresar en el desarrollo lector y la consecución de una adecuada fluidez lectora, particularmente en el caso de los niños con dificultades lectoras (Snowling y Stackhouse, 2008). Los niños con dislexia, en concreto, tienen problemas para automatizar los procesos lectores, lo que provoca un reconocimiento de palabras torpe y lento que puede terminar afectando a la comprensión lectora (Wolf y Bowers, 2000).
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La Dislexia forma parte de las Dificultades Específicas de Aprendizaje, junto a la Discalculia, la Disgrafía y la Disortografía, siendo la más frecuente de todas ellas.
Se define como la dificultad para aprender a leer y escribir al mismo ritmo que la media de los compañeros de clase, sin causa intelectual, sensorial, emocional y/ o socio‐cultural que lo justifique, de origen o etiología genética, con características neuromorfológicas específicas demostradas científicamente y, en consecuencia, con una cronicidad permanente, aunque puedan paliarse o mejorarse, nunca eliminarse, sus consecuencias con entrenamiento sistemático y específico. Es, por lo tanto, una condición neurobiológica personal que acompaña al sujeto que lo padece durante toda la vida.
Desde la perspectiva educativa, la definición que más extensión está teniendo es la que identifica la dislexia como un trastorno específico del aprendizaje de la lectura de base neurobiológica, que afecta de manera persistente a la decodificación fonológica (exactitud lectora) y/o al reconocimiento de palabras (fluidez y velocidad lectora) interfiriendo en el rendimiento académico con un retraso lector de al menos dos años. Suele ir acompañado de problemas en la escritura. Se da en personas con un desarrollo cognitivo o inteligencia normal o alta. Es un trastorno que no puede ser explicado por discapacidad sensorial, física, motora o intelectual, ni por falta de oportunidades para el aprendizaje o factores socioculturales.
Los problemas que presenta el alumnado con dislexia en el aula se concretan en distintas áreas: pensamiento, habla, lectura, escritura, deletreo y /o dificultad para manejar símbolos matemáticos.
Es un importante factor de abandono de la escuela y la más frecuente de las dificultades en la lectura y el aprendizaje. El alumnado con dislexia constituye el 80% de los diagnósticos de los trastornos del aprendizaje situándose la prevalencia en torno al 2-8% de las niñas y niños escolarizados. Hay mayor porcentaje entre los niños que entre las niñas, y es bastante habitual que cuenten con antecedentes familiares, aunque dichos familiares no siempre hayan sido diagnosticados.
TIPOS PRINCIPALES DE DISLEXIA
Existen dos grandes grupos de sujetos con dislexia: dislexia adquirida y evolutiva.
- Dislexia adquirida: la sufrirían aquellas personas que tras haber logrado un determinado nivel lector, pierden algunas de estas habilidades como consecuencia
de una lesión cerebral.
- Dislexia evolutiva: niños que sin ninguna razón aparente presentan dificultades especiales en el aprendizaje de la lectura. Esta es la dislexia más común, podría ser consecuencia de una alteración en el proceso de migración neuronal que altera la arquitectura de la corteza cerebral en zonas que formarán posteriormente parte de la red de la lectura.
Características del alumnado con dislexia.
La mayoría de las personas que tienen dislexia presentan algún tipo de déficit auditivo/fonológico, viso-espacial o psicomotor.
Siempre se presentarán:
• Dificultades en el lenguaje escrito.
• Serias dificultades en la ortografía.
• Lento aprendizaje de la lectura.
• Dificultades para comprender y escribir segundas lenguas.
A veces, en función del tipo de dislexia o de cómo ésta haya afectado al alumno o alumna, pueden presentarse:
• Dificultades en el lenguaje hablado.
• Problemas de percepción de las distancias y del espacio.
• Confusión entre la izquierda y la derecha.
• Problemas con el ritmo y los lenguajes musicales.
A menudo, podrán presentarse:
* Dificultades en matemáticas, especialmente en el aprendizaje de símbolos y series de cifras, como las tablas de multiplicación, problemas de memoria a corto plazo y de organización.
* Dificultades para seguir instrucciones y secuencias complejas de tareas.
* Problemas de comprensión de textos escritos.
* Fluctuaciones muy significativas de capacidad.
El problema de la dislexia no es tanto el hecho en sí de “ser” disléxico. Son personas que tienen otras habilidades y, por supuesto, se les puede enseñar de otras maneras diferentes y mantener el interés y la motivación por aprender. Añadamos también que esa personalidad infantil que está en desarrollo comienza a estar marcada por fuertes sentimientos de frustración que acaban configurando una personalidad donde destaca sobre todo una enorme falta de autovaloración de la persona, en definitiva, una autoestima personal que no conduce precisamente a creer en sus propias posibilidades.
En los artículos de dislexia- modelo ruta dual (fonológica y léxica) explicaré con mayor minuciosidad sobre los procedimientos afectados, los errores más comunes manifestados por las personas con dislexia según la ruta afectada, y algunas señales de alerta para identificar este trastorno. En otros artículos están las actividades que pueden favorecer el aprendizaje para estas personas, dependiendo de la ruta que tiene afectada.
Nilda Mabel Amaro
Docente y Bibliotecaria
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